El primer hotel de Ostende

Ostende


El primer hotel en Ostende se inauguró oficialmente el 15 de diciembre de 1913. Sus primeros propietarios fueron los señores Beovide y Colombo. Las crónicas de los visitantes cuentan que había que sacar la arena con pala de buey para pode entrar por el bar.

Era imposible subir por la escalera de entrada, la arena llegaba casi al segundo piso. Al asomarse a la mañana por la ventana del cuarto, en vez de ver el mar, muchas veces uno se encontraba con una montaña amarilla de brillaba al sol como oro. El hotel estaba lleno de pasadizos, patios y vericuetos, eso es lo que le daba ese aspecto tan curioso.

Los cuartos con su baño en los que no faltaba agua caliente,. Había luz eléctrica. En las camas frazadas coloradas de muy buena lana, pertenecientes al ferrocarril Midland y Compañía. La concesión para dormitorios y comedor la tenían los Pallavidini, por eso la vajilla, fuentes , platos, teteras, cubiertos, servilletas, etc eran de excelente calidad.

La comida resultaba exquisita, pues eran especialistas. Valía la pena visitar las despensas y cuartos para las verduras y pescado, bodega, y panadería , la que era reconocida por el exquisito pan y medialunas, el panadero era un experto y el agua dulce de los medanos se prestaba muy bien para toda clase de masas. El hotel estaba tan solo que parecía estar visitándose un buque en alta mar.

Hoy El Viejo Hotel Ostende conserva mobiliario de principios de siglo, aberturas con vitreaux originales, la antigua panadería con horno a leña, y el trato personalizado que distinguió a los viejos hoteles europeos, por la calidad de los servicios, la comida casera y los buenos vinos. Además tiene un ala reciclada, conservando los rasgos arquitectónicos originales, en un confortable apart hotel.

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